Fibromialgia

Características de la fibromialgia 

1. Aumento de los neurotransmisores excitatorios (5)
2. Menos serotonina y norepinefrina (5) 
3. Pérdida de mecanismos inhibitorios del dolor. Por ejemplo, la alteración en la actividad de los opioides endógenos cerebrales que regulan la transmisión del dolor (5,7).

Desencadenantes y factores de riesgo

Aunque la causa de la fibromialgia no se conoce, se sabe que ciertos factores estresantes físicos y/o emocionales (como infecciones, traumas…) desencadenan su aparición. Además, el riesgo de fibromialgia es mayor si se sufre de una enfermedad reumática (5). 

El comienzo de la fibromialgia se suele dar en personas de mediana edad. Aún y así, también se da en niños y adolescentes (8). La fibromialgia tiene más prevalencia en mujeres que en hombres. Esto se debe a que sufren mayores factores de riesgo: más ansiedad, depresión y efectos hormonales del ciclo menstrual (5). En mujeres entre 20 a 55 años que sufren dolor musculoesquelético generalizado, la mayoría de las veces es fibromialgia. (5)

Síntomas

Los síntomas más comunes son (2):

• Dolor musculoesquelético generalizado: es el principal síntoma de los pacientes con fibromialgia. Afecta a todo el cuerpo. Suele ser dolor muscular o, a veces, articular. (5)
• Fatiga: Segundo síntoma más importante. Suele ocurrir al despertarse y a media tarde. (5) 
• Trastornos del sueño: aún y habiendo dormido las horas adecuadas, si el descanso no es reparador, los pacientes se despiertan cansados (2). 
• Depresión y ansiedad: estos trastornos psiquiátricos podrían aparecer por el estrés y dolor crónico, la frustración, la automedicación, el retraso en el diagnóstico, la falta de eficacia de los tratamientos… (2,9,10).

Los pacientes con fibromialgia también pueden presentar (2):

• Rigidez corporal (2)
• Dolores de cabeza o de la cara (2,9).
• Malestar abdominal(2): estreñimiento y/o diarrea… 
• Entumecimiento u hormigueo(1,2): por ejemplo, en los brazos y las piernas. 
• Dificultades cognitivas (1,2,9): también llamado como «fibroniebla», ya que dificulta la capacidad para concentrarse y de enfoque, pudiendo conllevar «lentitud mental» y pérdida de la memoria.
• Síndrome de las piernas inquietas(2): impulso incontrolable de mover las piernas, sobre todo cuando se está descansando.
• Hipersensibilidad al ambiente (1,2): a la luz, ruidos, olores, temperatura… 

Diagnóstico

No existe una prueba estándar que diagnostique la fibromialgia. Su diagnóstico se basa en las manifestaciones clínicas (6). Para confirmar el diagnóstico se utilizan los criterios del Colegio Americano de Reumatología establecidos el 2010 (4,8). Mediante un test se tienen en cuenta el número de áreas afectadas por el dolor (Widespread Pain Index -WPI) y la de gravedad de los síntomas (Symptom Severity Score -SS-)(4). Antes del diagnóstico definitivo, los pacientes suelen visitar diferentes especialistas (cardiólogos, digestivo, psiquiatras…) (3). 

Tratamiento

Aunque no existe una cura específica para la fibromialgia, hay tratamientos para reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes (8). El tratamiento debe tener un enfoque desde diferentes disciplinas, para atender las necesidades y diferentes síntomas de cada paciente (5,8). Además, es importante un seguimiento regular, especialmente en las primeras etapas de gestión de la enfermedad (8). 

El entrenamiento cardiovascular reduce el dolor y mejora la calidad del sueño. El entreno debería constar de un mínimo de 30 minutos de ejercicio aeróbico y debería repetirse tres veces por semana (5). En algunos estudios se ha observado que la natación y el yoga podrían ser útiles para pacientes que han de realizar ejercicio aeróbico de bajo impacto (5). 

La higiene del sueño puede ayudar a mejorar los síntomas relacionados con los trastornos del sueño (5). Para los trastornos del estado de ánimo, las técnicas de relajación son importantes, ya que los pacientes con fibromialgia son más susceptibles a sufrir trastornos de ansiedad o depresión mayor (5).  

La terapia cognitivo conductual y asesoramiento psicológico también pueden ser de ayuda en el tratamiento de la fibromialgia (8). 

Algunos pacientes responderán a las medidas no farmacológicas. Otros necesitarán la adición de terapia farmacológica (por ejemplo, para abordar el dolor, ciertos fármacos analgésicos prescritos por el médico) (8) .

En casos refractarios donde los pacientes no responden a los tratamientos, el médico puede elaborar una terapia que combine diferentes fármacos, y una mayor gestión de las comorbilidades asociadas (5,8).

En países como España, Bélgica, Canadá, Reino Unido y Australia se lleva a cabo el programa Pedagogía del Dolor (3). La Pedagogía del Dolor se basa en educar a los pacientes sobre qué es el dolor neurocientíficamente. Se ha demostrado que el número de áreas de dolor de los pacientes de fibromialgia, así como la gravedad de los síntomas y su capacidad funcional, pueden mejorar desde la primera sesión de la Pedagogía del Dolor. Esta intervención en atención primaria ha dado mejores resultados que otros tratamientos para la fibromialgia (4).