La anticoncepción tiene siglos de historia hasta llegar al día de hoy.
Anticoncepción en las culturas antiguas
La información sobre la anticoncepción se encontró ya en el Papiro Egipcio de Ebers (1550 a.C.), en las obras latinas de Plinio el Viejo (23 a 79 d.C.), Dioscórides (De materia médica, c 58 a 64 d.C.), y en los escritos griegos de Soranus (Ginecología, c 100 d.C.). Tanto Platón (429-347 a.C.) como Aristóteles (384 – 322 a.C.) ya debatieron sobre el control de la natalidad. Aristóteles además opinaba que era más necesario regular la población que la propiedad y que el límite debía fijarse calculando las probabilidades de mortalidad en los niños y de esterilidad en las personas casadas [1,2].
El Papiro Ginecológico de Kahun es uno de los mayores manuscritos de finales del Imperio Medio de Egipto (1850-1700 a.C.) y fue descubierto en 1889 por Flinders Petrie cerca de Lehun (Egipto). El papiro reportaba que el natrón (carbonato de sodio) podía utilizarse también como anticonceptivo [3].
Anticoncepción en la cultura árabe tiene más protagonismo de lo que parece
La anticoncepción tiene una larga historia en el Islam. Mahoma fomentó la práctica del “al’azl“ (abstinencia o coitus interruptus) [4]. En el siglo X, la medicina árabe detalló diversas recomendaciones anticonceptivas, sobre todo en las obras de Al-Razi (Rhazes, m. 923 ó 924 d.C., Quintaesencia de la experiencia), All ibn Abbas (m. 994 d.C., El libro real) y también la mencionó Avicena (Ibn Sina, m. 1037 d.C.). Al-Razi ilustró varios métodos diferentes e instó especialmente a la anticoncepción para proteger la salud de la madre y espaciar los hijos. Los primeros médicos musulmanes recogieron la tradición de las prescripciones herbales para evitar el embarazo en los libros islámicos de medicina, que se utilizaron durante siglos en Europa [5].
La comunidad árabe era mucho más avanza en anticonceptivos que la cultura Europea y el 29 de enero de 1937 se pidió al imán de los musulmanes de Egipto una opinión sobre la anticoncepción y el aborto y su respuesta fue [5]:
1) las parejas casadas pueden practicar la anticoncepción por razones médicas y sociales
2) antes de las 16 semanas de gestación se pueden tomar medicamentos o medidas para producir el aborto si no hay riesgo para la madre y si existe una indicación razonable
3) el aborto no debe inducirse en ningún caso después de las 16 semanas.
En los textos antiguos se puede encontrar la fabricación de pesarios vaginales a partir de excrementos de animales, como cocodrilos (Papiro de Petri), elefantes (Al-Razi) o ratones (Plinio) [2].
Cómo empezó la anticoncepción de hoy
Métodos populares como las duchas vaginales con Coca-Cola de dudosa eficacia se convirtieron en historia en el momento que se comercializaron los anticonceptivos hormonales, en la década 1960, tal como los conocemos hoy en día son cada vez más accesibles [2,4]. Sin embargo, a pesar de los avances logrados en las últimas décadas en la reducción de la fecundidad en los países en desarrollo – a lo mejor ya demasiado – muchas mujeres (por ejemplo más del 24% en el África subsahariana) siguen declarando una necesidad insatisfecha de anticonceptivos. Casi el 50% de los embarazos no deseados se producen en usuarias de anticonceptivos y sólo el 10% de estos embarazos se deben a un verdadero fallo del método [2].
La inhibición de la ovulación por progesterona fue demostrado por A. W. Makepeace y sus colaboradores en 1937, quienes inyectaron progesterona en hembras apareadas de modelos animales (conejos). El interés realmente despertó la posibilidad de sintetizar la progesterona de diosgenina (de la raíz de la planta Dioscorea mexicana) y por lo tanto la accesibilidad en gran escala ya que antes se extraía de los óvulos de los animales [6].
La primera píldora esteroide se aprobó en la década de 1960. Con el avance de los estudios se cambiaron los compuestos activos – la noretindrona se sustituyó por el noretinodrel y gracias a que el noretinodrel fue contaminado con mestranol (un estrógeno sintético) durante los estudios clínicos “nació” la primera píldora anticonceptiva, Enovid (10 mg de noretinodrel y 150 mg de mestranol) [6].
En 1957, la Administración de alimentos y medicamentos de Estados Unidos (FDA) aprobó el uso de Enovid para el tratamiento de los trastornos menstruales (por ejemplo insomnio, cambios de humor, cambios de apetito… ) y en 1960 incluyó su uso como anticonceptivo[6].
Debido a su facilidad de uso y a la sensación de autonomía y libertad que proporcionaba a sus usuarias, la popularidad y el uso aumentaba de forma constante a lo largo de la década de 1960. En aquella época también surgió la preocupación por los efectos adversos, especialmente cardiovasculares y cáncer (el crecimiento no controlado de las células), aunque poco frecuentes en la población joven, pero que fueron ampliamente publicitados, lo que condujo a un descenso de su uso [2].
La primera generación de anticonceptivos orales contenía mestranol, que luego fue sustituido por etinilestradiol (EE), inicialmente en dosis de hasta 150 mg por píldora, que disminuyeron a 100, 80 y hasta 50 µg (lo que sería 0,050mg ya que 1µg es 0,001mg). La dosis bajó 3000 veces. Las dosis actuales de EE conllevan una disminución significativa de la trombosis venosa y del riesgo cardiovascular [2].
Mientras que las formas tradicionales de anticonceptivos incluían 21 días de píldoras con hormonas y 7 días de placebo durante el intervalo libre de hormonas (21/7), la Administración de alimentos y medicamentos de Estados Unidos, en 2003, aprobó los regímenes de 24/4, 84/7 y 365 días [2].
La despenalización del uso de los anticonceptivos en España empezó con la aprobación por las Cortes de la modificación del artículo 416 del Código Penal en el mes de abril de 1978 y culminó el 11 de octubre del mismo año con la Ley 45/1978 que hacía efectiva la reforma y con ello creó los centros públicos de “orientación y planificación familiar” [2].
Existe una gran diferencia entre la píldora original y las formas actuales de anticoncepción hormonal. Se han reducido las dosis hormonales, se han incluido nuevos compuestos hormonales, se cambió el modo de administración… Este proceso fue impulsado por la disminución de los efectos secundarios y por la competencia entre empresas farmacéuticas [2,6].
Para gestionar este tema a nivel personal, siempre es muy recomendable acudir a un especialista de esta área ya que hablamos sobre nuestra salud.
Referencias:
- Contraception: A History, Robert Jütte, 2008, Polity Press
- Contraception Technology: Past, Present And Future, Contraception. 2013; 87(3): 319–330
- The Kahun Gynaecological Papyrus: Ancient Egyptian medicine, Journal of Family Planning and Reproductive Health Care. 2011; 37(1):54-5
- Islam, Women and Family Planning: A Primer, Guttmacher Policy Review. 2001; 6(4)
- Historical review about contraception in Islam, Birthright. 1972;7(1):26-9
- History of oral contraception, The European Journal of Contraception & Reproductive Health Care. 2010, 15:sup2; S12-S18
- Historia de la anticoncepción e historia oral, una revisión bibliográfica, Dynamis. 2018; 38(2)
Dra. Jana Aufartová – Arediana