TODO SOBRE LA SALUD FEMENINA

Ritmo Circadiano

El reloj circadiano controla y regula la función de las células, de los órganos y el comportamiento humano y tiene una duración de 24 horas.

El sueño se controla mediante el ritmo circadiano, que es un ciclo biológico que controla muchos aspectos del cuerpo humano (1).

El sueño es un proceso fisiológico necesario y útil para las personas, siendo un componente esencial de la salud humana (1). La melatonina es una hormona que tiene un papel muy importante en el sueño y en el ritmo circadiano (1).

Cada persona puede tener un ritmo circadiano diferente, dependiendo de factores ambientales (por ejemplo, la localización geográfica) y diferencias genéticas, pero generalmente se distinguen dos ritmos circadianos dependiendo de si las personas son más diurnas o nocturnas, lo que se conoce como cronotipo (2).

¿QUÉ ES EL RITMO CIRCADIANO?

El ritmo circadiano es un patrón de 24 horas que regula el comportamiento, los órganos y las células de los seres vivos (3,4). El ritmo circadiano funciona como un reloj que controla procesos del cuerpo humano, por ejemplo, dormir, el metabolismo, la liberación de hormonas y algunos procesos neurológicos (5).

Pero ¿para qué tenemos un reloj biológico? Es un mecanismo que tenemos los seres vivos para sincronizar nuestros procesos biológicos con los patrones de luz del planeta, es decir el día o la noche (5). Los seres vivos necesitan tener la habilidad de saber en qué momento del día estamos, para poder responder a los cambios que conlleva el horario solar como, por ejemplo, dormir o comer (3).

Este reloj se regula mayoritariamente por ciclos de luz-oscuridad (4). ¿Cómo sabe el reloj circadiano que estamos en un periodo de luz o un periodo de oscuridad? El cerebro humano recibe señales de los ojos, que informan de la cantidad de luz que hay (3,4). Pero, además de regularse gracias a los ciclos de luz-oscuridad, también influyen las células inmunes, los vasos sanguíneos (venas, arterias…) y el tejido adiposo (tejido graso) (6).

 

EL CRONOTIPO

El cronotipo se define como la preferencia de “mañana o noche”, cada persona tiene diferente preferencia en cuanto a la hora de irse a dormir, unas prefieren irse antes y también se despiertan más pronto, mientras otras prefieren dormir y despertarse más tarde (7).

El cronotipo de las personas suele cambiar a lo largo de su vida, siendo más nocturno en la adolescencia, sobre todo alrededor de los 20 años, y pasando a ser más diurno conforme pasan los años (2). Existe la hipótesis de que la mayoría de las personas tienen un cronotipo parecido si hablamos de la misma edad y la misma localización geográfica (2).

En un extremo se encuentran las personas que se van a dormir mucho antes que la media, sobre las 20:30 y se despiertan naturalmente, sin ayuda del despertador, antes de las 05:30, esto se conoce como cronotipo temprano y lo tiene aproximadamente un 0,3% de la población (2).

En el otro extremo se encuentran las personas que se van a dormir bastante más tarde que la media, alrededor de las 3 de la mañana, y también se despiertan más tarde, sobre las 11 de la mañana, lo que se conoce como cronotipo tardío (2).

Las personas con cronotipo tardío tienen mayor riesgo de desarrollar problemas de salud (por ejemplo, depresión) comparado con las personas con cronotipo temprano, probablemente, entre otras cosas, porque estas personas suelen comer cerca de la hora a la que deberían estar dormidos (4).

 

MELATONINA

La melatonina es una hormona que tiene un papel muy importante en el sueño y en el ritmo circadiano (1). La función de la melatonina es la de promover el sueño, por lo que las personas que tienen menores niveles de esta hormona tienen problemas a la hora de dormir (1).

Para promover el sueño, la concentración de melatonina aumenta conforme va disminuyendo la cantidad de luz del ambiente, y llega a su máximo cuando hay completa oscuridad (1). Sus niveles vuelven a disminuir cuando hay luz en el ambiente, para que estemos despiertos y no sentirnos cansados/con sueño (1).

La mayoría de la melatonina es endógena, es decir, la produce nuestro cuerpo; pero puede darse el caso de que haya personas que tengan déficit de melatonina y en estos casos se recomienda su suplementación (1). Hay muchos estudios científicos que han demostrado que tener niveles bajos de melatonina puede ser peligroso para la salud y aumentar el riesgo de enfermedades (1).

 

¿CÓMO AFECTA LA LUZ?

La luz es el factor más importante si hablamos de la regulación del ritmo circadiano, ya que activa procesos en la glándula pineal, que se encuentra en el cerebro y es la encargada de la producción de melatonina (1,5). Tanto la luz natural como la artificial tienen influencia en los ritmos circadianos, ya que alteran procesos neurológicos, hormonales y genéticos (1).

La producción de melatonina se detiene cuando el cuerpo humano se expone a la luz, por lo que si aumentamos la cantidad de luz a la que se expone nuestro cuerpo, esto conduce a una situación de falta de melatonina (1). Muchos estudios científicos han llegado a la conclusión de que la exposición nocturna a la luz hace que la glándula pineal produzca menos melatonina, por ello se recomienda no utilizar aparatos electrónicos que emitan luz antes de irse a dormir (1).

 

ALTERACIONES DEL RITMO CIRCADIANO

Las alteraciones en el reloj biológico humano pueden ser debido a numerosos factores (2,4):

  • Cambios de turno en el trabajo.
  • Viajar a otra zona horaria diferente (‘Jet-lag’).
  • Exposición a la luz durante la noche (por ejemplo, por el uso de aparatos electrónicos).
  • Comer poco antes de irse a dormir, o a la hora que se debería estar dormida.
  • Tener ciclos de sueño diferentes dependiendo de si es día de trabajo o día de descanso.
  • La dieta. Por ejemplo, el consumo de alcohol  o dietas ricas en grasa.

 

Las alteraciones del ciclo circadiano tienen consecuencias para la salud, pudiendo ser algo leve como sentirse cansado debido al “jet-lag” o algo mucho más grave como riesgo de cáncer para trabajadores a turnos (5). 

Cuando se rompe el ritmo circadiano puede provocar enfermedades como enfermedades cardiovasculares, problemas de sueño (insomnio), obesidad, diabetes, cáncer (sobre todo de mama y de próstata) y trastornos psiquiátricos, esto ha sido demostrado en estudios científicos (4–6).

 

ALTERACIONES DEL RITMO CIRCADIANO Y CÁNCER

Hay datos científicos (epidemiológicos y resultados de experimentos en el laboratorio) que sugieren que hay una conexión entre las alteraciones del ritmo circadiano y la aparición de cáncer (8). Sobre todo, se ha visto esta conexión entre un tipo de cáncer, que es dependiente de hormonas (8). 

En el año 2007, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) clasificó como probable carcinógeno (cancerígeno) el “trabajo a turnos que provoca una alteración del ritmo circadiano” (8). Se cree que esto se debe a la alteración de las horas de las comidas (8). 

Adriana Caballé – Arediana

 

Referencias: 

  1. Curtis, A. M., Bellet, M. M., Sassone-Corsi, P., & O’Neill, L. A. J. (2014). Circadian Clock Proteins and Immunity. Immunity, 40(2), 178–186. PubMed
  2. Gentry, N. W., Ashbrook, L. H., Fu, Y.-H., & Ptáček, L. J. (2021). Human circadian variations. Journal of Clinical Investigation, 131(16). https://doi.org/10.1172/JCI148282PubMed
  3. Julius, A. A., Yin, J., & Wen, J. T. (2019). Time optimal entrainment control for circadian rhythm. PLOS ONE, 14(12), e0225988. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0225988PubMed
  4. Man, A. W. C., Li, H., & Xia, N. (2021). Circadian Rhythm: Potential Therapeutic Target for Atherosclerosis and Thrombosis. International Journal of Molecular Sciences, 22(2), 676. https://doi.org/10.3390/ijms22020676PubMed
  5. Taillard, J., Sagaspe, P., Philip, P., & Bioulac, S. (2021). Sleep timing, chronotype and social jetlag: Impact on cognitive abilities and psychiatric disorders. Biochemical Pharmacology, 191, 114438. https://doi.org/10.1016/j.bcp.2021.114438PubMed
  6. Vasey, C., McBride, J., & Penta, K. (2021). Circadian Rhythm Dysregulation and Restoration: The Role of Melatonin. Nutrients, 13(10), 3480. https://doi.org/10.3390/nu13103480PubMed
  7. Voigt, R. M., Forsyth, C. B., Green, S. J., Engen, P. A., & Keshavarzian, A. (2016). Circadian Rhythm and the Gut Microbiome (pp. 193–205). https://doi.org/10.1016/bs.irn.2016.07.002PubMed
  8. Masri, S., & Sassone-Corsi, P. (2018). The emerging link between cancer, metabolism, and circadian rhythms. Nature medicine, 24(12), 1795–1803. https://doi.org/10.1038/s41591-018-0271-8PubMed
Adriana Caballe
Author: Adriana Caballe

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