TODO SOBRE LA SALUD FEMENINA

Dieta y Fertilidad

La dieta puede tener efectos positivos y negativos en la fertilidad, tanto en hombres como en mujeres (1). 

Se cree que en casos de infertilidad por endometriosis o por problemas ovulatorios, cambiar el estilo de vida, como la ingesta de calorías o la composición de la dieta, es vital en el contexto de la infertilidad (2).

En los últimos años, los investigadores han intentado encontrar hábitos y factores del estilo de vida que puedan mejorar la fertilidad, uno de ellos es una dieta saludable y equilibrada (1). Cada vez hay más evidencias científicas que sugieren que muchos componentes de la dieta pueden contribuir a disminuir el riesgo de infertilidad, y que también pueden ser un tratamiento para aquellas mujeres que ya sufren infertilidad (1). 

¿ESTÁ RELACIONADO EL PESO CORPORAL CON LA INFERTILIDAD?

Tanto un índice de masa corporal (IMC) bajo, como sobrepeso y obesidad tienen efectos negativos en la salud general del cuerpo, incluyendo la salud del sistema reproductor (1). La tasa de fertilidad es menor en mujeres obesas, pero también en mujeres con un peso inferior al normal (3). 

  • IMC bajo: Aparecen problemas de fertilidad debido a la excesiva pérdida de grasa y a un cambio hormonal (1). Se han registrado problemas de infertilidad (tardan 4 veces más tiempo en quedarse embarazadas) y complicaciones en el embarazo (1).
  • IMC alto: Tener sobrepeso u obesidad puede suponer problemas para quedarse embarazada, además de aumentar el riesgo de aborto espontáneo y otras complicaciones del embarazo (1). Las mujeres con un peso superior al normal tienen ciclos menstruales irregulares, trastornos ovulatorios e infertilidad (1). 

 

DIETA MEDITERRÁNEA

Hay estudios que indican que seguir las recomendaciones de la dieta mediterránea afecta de manera positiva a la salud física y mental (2). Además, la dieta mediterránea se ha asociado con cambios positivos en el metabolismo y en el riesgo de padecer obesidad, lo que es muy importante en el contexto de fertilidad (2). 

Si nos basamos en los conocimientos científicos que tenemos en estos momentos, se puede confirmar que la dieta mediterránea tiene efectos positivos en la fertilidad, aunque algunos estudios no han encontrado ninguna asociación entre la fertilidad y que una mujer siga la dieta mediterránea (1,3). 

La dieta mediterránea se caracteriza por el uso de (2,3): 

  • Frutas y verduras. 
  • Legumbres. 
  • Cereales. 
  • Aceite de oliva. 
  • Carbohidratos no refinados. 
  • Lácteos bajos en grasa. 
  • Aves de corral. 
  • Pescado.
  • Vino tinto. 

 

También se caracteriza por un bajo consumo de carne roja y azúcares (2). La dieta mediterránea incluye vino, aunque hay evidencias de que no se debe consumir alcohol durante el embarazo (2). 

 

DIETA OCCIDENTAL

Se ha demostrado que la dieta occidental afecta de manera negativa a la fertilidad porque altera el perfil hormonal (1). Varios estudios han relacionado la dieta occidental con un aumento de problemas ovulatorios, por ejemplo, la aparición del síndrome de ovario poliquístico (2). 

Al contrario que la dieta mediterránea, la dieta occidental incluye carbohidratos refinados (sobre todo en dulces y bebidas azucaradas) y carne roja, lo que se acompaña de una baja ingesta de frutas y verduras, aves de corral o pescado (1,2). 

También se podría describir esta dieta como altamente calórica, con mucha grasa y un alto índice glucémico (aumenta mucho el nivel de glucosa en sangre), con poca aportación de fibra y vitaminas (2). Se ha asociado la infertilidad con un alto consumo de comida rápida y un menor consumo de frutas y verduras (2). 

 

LA «DIETA FÉRTIL»

En el año 2007, se creó la “dieta fértil” siguiendo los resultados del Estudio de la Salud de las Enfermeras, parte de la universidad Harvard (1). 

La dieta fértil es muy similar a la mediterránea, incluye un mayor consumo de proteína vegetal y disminuir la proteína animal, un alto contenido de hierro, aumentar la ingesta de ácidos grasos monoinsaturados (nueces, aguacate, aceite de oliva, aceite de girasol…), disminuir la ingesta de ácidos grasos trans (comida basura), consumo de lácteos enteros y carbohidratos de bajo índice glucémico (frutas y verduras), múltiples vitaminas y hierro (1-3). Las mujeres que seguían la dieta fértil también consumían más café y más alcohol, y hacían más ejercicio físico (2).

Este estudio se realizó con mujeres y se observó que seguir con esta dieta está asociado a un menor riesgo de sufrir infertilidad, demostró que mejora la función ovulatoria (1,3). Otro estudio científico observó que existe una asociación entre seguir la dieta fértil y un menor riesgo de infertilidad por trastornos ovulatorios (2). 

 

VITAMINAS Y MINERALES

Algunos investigadores sugieren que las vitaminas (sobre todo la vitamina B12 y B6), el ácido fólico y los ácidos grasos omega 3 tienen efectos beneficiosos en la fertilidad femenina (2,3). 

Los estudios indican que la suplementación de ácido fólico en el tiempo en que una mujer está intentando quedarse embarazada, sobre todo si se combina con vitamina B12, puede aumentar las probabilidades de éxito (2). Se recomienda que las mujeres que estén intentando quedarse embarazadas se suplementen con ácido fólico (por lo menos 0,4 mg al día) para así reducir el riesgo de malformaciones en el feto (3). 

La suplementación de ácido fólico es segura y no causa efectos secundarios, aunque es importante mencionar que la suplementación de ácido fólico se ha relacionado con una duración más corta del ciclo menstrual (2). 

Debido al riesgo que existe de tener deficiencia de algunos nutrientes como vitamina B12, vitamina D, zinc, selenio, calcio, yodo y hierro; se aconseja su suplementación en caso de infertilidad (1). 

 

ANTIOXIDANTES 

El riesgo de sufrir infertilidad por no ovular está relacionado con el estrés oxidativo porque provoca daño celular, por ello, los antioxidantes parecen ser importantes para una correcta ovulación (1,2). 

Pero, ¿qué es el estrés oxidativo? Aparece cuando las moléculas oxidantes son más abundantes que las antioxidantes, que son las encargadas de neutralizarlas (1).  La solución para combatir a los oxidantes es aumentar la cantidad de los antioxidantes necesarios (1). 

Los antioxidantes están presentes en las frutas y verduras, por lo que es muy importante que estén presentes de manera abundante en la dieta (1). Algunos antioxidantes beneficiosos para la fertilidad son: 

  • Vitamina C: Tiene un papel importante en el ciclo menstrual (2). 
  • Vitamina E: Tiene efectos beneficiosos en los vasos sanguíneos y en el útero (2). 
  • Vitamina A: Uno de los antioxidantes más potentes (2). 

 

Es importante recalcar que la suplementación con antioxidantes no solucionará los problemas que provoca un estilo de vida poco saludable si no se combina con un cambio de hábitos en el día a día; es muy importante llevar una dieta sana y equilibrada, así como realizar ejercicio físico (1). 

Por ejemplo, se ha visto que las personas con una dieta con un alto consumo de frutas y verduras, pero también de bebidas con mucho azúcar, comida procesada o bollería tienen problemas de infertilidad, por lo que no es suficiente con consumir antioxidantes (1). 

Adriana Caballé – Arediana

 

Referencias: 

  1. Curtis, A. M., Bellet, M. M., Sassone-Corsi, P., & O’Neill, L. A. J. (2014). Circadian Clock Proteins and Immunity. Immunity, 40(2), 178–186. PubMed
  2. Gentry, N. W., Ashbrook, L. H., Fu, Y.-H., & Ptáček, L. J. (2021). Human circadian variations. Journal of Clinical Investigation, 131(16). https://doi.org/10.1172/JCI148282PubMed
  3. Julius, A. A., Yin, J., & Wen, J. T. (2019). Time optimal entrainment control for circadian rhythm. PLOS ONE, 14(12), e0225988. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0225988PubMed
  4. Man, A. W. C., Li, H., & Xia, N. (2021). Circadian Rhythm: Potential Therapeutic Target for Atherosclerosis and Thrombosis. International Journal of Molecular Sciences, 22(2), 676. https://doi.org/10.3390/ijms22020676PubMed
  5. Taillard, J., Sagaspe, P., Philip, P., & Bioulac, S. (2021). Sleep timing, chronotype and social jetlag: Impact on cognitive abilities and psychiatric disorders. Biochemical Pharmacology, 191, 114438. https://doi.org/10.1016/j.bcp.2021.114438PubMed
  6. Vasey, C., McBride, J., & Penta, K. (2021). Circadian Rhythm Dysregulation and Restoration: The Role of Melatonin. Nutrients, 13(10), 3480. https://doi.org/10.3390/nu13103480PubMed
  7. Voigt, R. M., Forsyth, C. B., Green, S. J., Engen, P. A., & Keshavarzian, A. (2016). Circadian Rhythm and the Gut Microbiome (pp. 193–205). https://doi.org/10.1016/bs.irn.2016.07.002PubMed
  8. Masri, S., & Sassone-Corsi, P. (2018). The emerging link between cancer, metabolism, and circadian rhythms. Nature medicine, 24(12), 1795–1803. https://doi.org/10.1038/s41591-018-0271-8PubMed
Adriana Caballe
Author: Adriana Caballe

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